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¿Se puede medir el bienestar?

Comprender mejor la relación entre la oficina, la gente y el rendimiento financiero puede impulsar mejoras en el espacio de trabajo.

Los límites de la colaboración

A medida que avanza la tecnología y las empresas se vuelven más globales y complejas, la mayor parte del trabajo se basa cada vez más en equipos. La colaboración está en la base de los nuevos estilos laborales basados en el conocimiento.

La privacidad en la nueva normalidad

La mayor parte de las personas tenemos dos impulsos contrapuestos: necesitamos compartir y colaborar con otros pero, al mismo tiempo, precisamos un espacio de privacidad cuando nos sentimos sobreexpuestos o queremos estar solos.

Internet de los cuerpos

Con el cambio de milenio comenzó a popularizarse el concepto de Internet de las Cosas (IoT), una red en la que los objetos del mundo físico se conectan a Internet a través de sensores ubicuos. Hoy, los constantes avances tecnológicos están difuminando cada vez más las fronteras entre el cuerpo humano y los algoritmos, marcando el comienzo de una nueva era: Internet de los Cuerpos (IoB por su nombre en inglés, Internet of Bodies). Así, el cuerpo humano se está convirtiendo en una nueva plataforma tecnológica.

Futuro exponencial

Durante los últimos años, las tecnologías inalámbricas de comunicación e Internet no solo se han vuelto omnipresentes en muchos órdenes de la vida, sino que son cada vez más asequibles y disponibles para todos. Gracias a esto, el mundo ha cambiado de una escala local a global, de un entorno físico a otro digital y de un ritmo de evolución lineal a uno exponencial.

La antropología del espacio

Decía Le Corbusier que “apropiarse del espacio es el primer gesto de los seres vivos, de los hombres y de las bestias, de las plantas y de las nubes, una manifestación fundamental de equilibrio y de vida. La primera prueba de la existencia consiste en habitar el espacio[1].

La organización fractal

Decía Ilya Prigogine –Premio Nobel de Química en 1977– que, a diferencia de la ciencia clásica que privilegiaba el orden y la estabilidad, hoy se reconoce el papel esencial que juegan las fluctuaciones y la inestabilidad.

La luz interior

La gran mayoría de los seres vivos dependemos de la luz del sol, directa o indirectamente, para garantizar nuestra supervivencia.